Un vecino pringlense que trabaja en la fabricación de ladrillos y tiene como hobby a los caballos se encontró con un panorama muy triste al ver que uno de sus “petisos” había sido faenado extrayéndole solo las paletas y el lomo.

También en el lugar de trabajo el hombre encontró a otro animal que había recibido un puntazo que le generó una herida cortante superficial.

Si bien no se dedica a eso, el vecino posee caballos para andar -caballos que disfrutan su padre, hermano, hijo y familiares.

“Tengo mucha tristeza” manifestó a Diario EL ORDEN Fabián Agopián, “me encontré a la mañana con el petiso de andar, que era muy mansito, faenado. Le sacaron las paletas, si lo hubiesen hecho de hambre se hubiesen llevado todo, esto fue una carnicería”.

Para Fabián, los autores de la faena actuaron antes de las lluvias de la madrugada, y amparados por la oscuridad.

Foto: El vecino pringles (Diario El Orden)

“Ha sido antes de la lluvia, no se ven pisadas. La tranquera de enfrente estaba tirada, se ve que han cruzado por ahí. Había una tranquera de alambre en el piso y la de madera estaba mal cerrada, no como la dejo yo” señaló.

A otro caballo, le pegaron un puntazo y afortunadamente fue una herida superficial:

“No lo han podido matar, le dieron un puntazo al corazón pero le erraron. Así que agarraron al otro que era más chiquito, que usaba mi hijo para andar. Tengo mucha bronca por el valor sentimental, lo criamos de chiquito, de potrillo, lo domé yo y lo andaba mi hijo. Era una satisfacción para nosotros”

Los caballos para Fabián y su familia son un hobby, los utilizan para andar los fines de semana o en desfiles, estando siempre bien alimentados. Incluso el animal faenado estaba prácticamente vendido para otro niño que lo iba a utilizar en destrezas de tambores (pruebas de riendas).

La policía concurrió al lugar (calle 67 entre Mitre y Colón), tomó los datos del damnificado, obtuvo fotos correspondientes y por la tarde Fabián debía realizar la denuncia en la Estación Comunal.

Respecto a la salud del caballo herido, el mismo iba a ser desinfectado y tratado con antibióticos para que no se inflame la zona donde recibió el puntazo.

Los vecinos lamentablemente no escucharon nada, sólo que ladraban los perros a la noche pero nada fuera de lo común. Y la luminaria más cercana al lugar de la faena se encuentra a unos cincuenta metros.

“Lo han carneado con toda tranquilidad” lamentó Fabián. “Quiero que el pueblo conozca lo que pasó, esto fue una crueldad”.

El petiso pesaba alrededor de 400 kilos, y su valor económico oscilaba entre los 8000 a 10000 pesos.

No es la primera vez que le ocurre algo así a este vecino de nuestra ciudad, hace unos años le pasó algo similar pero con vaquillonas.

“Me faenaron vaquillonas aquella vez, y me llevaron hasta el nonato. Estaba para parir y le faltaban días, la había dejado apartada para que no esté en contacto con los otros animales.La llevaron y como una burla me dejaron la cabeza atada en el palo” recordó con tristeza.

“Llevaron los cuartos, la paleta y los lomos y a otra le aplicaron una puñalada en el cogote, como a este caballo que se salvó, se ve que no la pudieron agarrar” cerró.

Fuente: Diario El Orden