Un trabajador ambulante de origen africano sufrió la agresión de las fuerzas policiales, dos inspectores de tránsito y los concesionarios en Necochea.
La indigante situación, terminó con el secuestro compulsivo de su mercadería por parte de la Policía al grito de “¡Esto no es Uganda, te tenés que ir!”.

Fabián, un testigo de la deplorable situación, dio a conocer el hecho en las redes sociales.
El hombre explicó que el vendedor fue perseguido por negarse a pagar “el canon que se supone debe darle” al “concesionario” de la venta ambulante en la playa, un lugar que debería ser público.
“Se fue sumando gente a observar la apretada al pobre inmigrante que quiere vender unos gorros, que es su forma de sobrevivir, mientras intentaba seguir trabajando, pero la marca personal de 4 integrantes de fuerzas públicas y los concesionarios era muy eficaz”, contó el testigo.
Y completó: “Tanto que, en uno de esos empujones le vuelcan la pila de gorros, que cae a la arena mojada, lo que generó el fastidio de muchas personas que ya comenzaban a increpar a esto que se comportaba como una patota”.
Después del hecho, se abrió la discusión por la concesión de la venta ambulante que se otorga a privados, “cuyos trabajadores históricamente eran independientes. Esta privatización les impone un patrón y una relación laboral ilegal y precaria de extensísimas jornadas a rayo de sol por una miseria”, señaló el testigo.














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