El dolor, la conmoción y el pedido de justicia por la muerte de Agustín Bustos (15) y Agustín Rodríguez (16) en Benito Juárez cumplió ya tres años, en una causa que aún no tiene detenidos.
El trágico hecho ocurrió el 9 de enero de 2017 y rápidamente conmocionó a toda la región. Benito Juárez no dudo en salir a la calle reclamando justicia, y aquel pedido sigue vigente en este tercer aniversario.
Esa madrugada de enero, los dos adolescentes salieron a pescar en bicicleta hacia la laguna “San Antonio” y dos horas más tarde fueron hallados con graves heridas a la veda de la ruta 86, en circunstancias que se investigan, a unos 15 kilómetros de la ciudad, en dirección a Laprida.
Tras el aviso de un camionero, ambos fueron trasladados al Hospital donde Agustín Bustos falleció a las pocas horas, a raíz de las graves lesiones que había sufrido.
Su amigo, Agustín Rodríguez, estuvo en terapia intensiva en Bahía Blanca por el tenor de sus heridas hasta el 16 de agosto de 2017 se confirmó también su deceso después de 284 días de luchar por su vida.

Desde entonces se inició una causa en la UFI Nº 2 de Azul, a cargo de la fiscal Laura Margaretic, que no tiene hasta el momento detenidos.
La investigación ha dado varios giros. Desde un primer momento, la fiscalía mantuvo como principal hipótesis la del siniestro vial, basada en una primera autopsia practicada por un médico de Benito Juárez. Un dato, sin embargo, alimentaba las dudas: las bicicletas en las que se movilizaban los jóvenes, estaban intactas y ambas sobre sus ruedas, en una de las banquinas.
La reconstrucción del hecho permitió inferir en 2017 que un transporte que pasaba por el lugar habría ocasionado el trágico suceso. Las principales sospechas recaían sobre el conductor de un camión volcador y su acompañante, que ya declararon como testigos y que, según los investigadores, hicieron un pacto de silencio para no revelar lo que sucedió la madrugada del 9 de enero.
El camión, conducido por Guillermo Alzugaray, llevaba según la Justicia “en la caja volcadora -de manera antirreglamentaria- una armadura compuesta por cuatro barras de hierro aleteado separadas entre sí”. La fiscal afirmó a fines de 2017 que las barras sobresalían “en más de un metro” y que una de ellas habría impactado sobre los adolescentes.
La Justicia sostuvo en ese entonces que una vez ocurrido el impacto “el conductor del rodado y/o su acompañante, Mariano Florentino, desplazaron a las víctimas desde el asfalto hacia la banquina, alterando así la escena del hecho y sus rastros”.
A tres años, el caso sigue vigente en la memoria de los juarenses y vecinos de toda la zona, gracias a la lucha incansable de las madres Alejandra Bustos y Daniela Guzmán.
La caratula actual del caso es “Homicidio culposo” y este 2020 estaría pensado llevarse a cabo el juicio oral – que aún no tiene fecha.
Las familias, la ciudad y la región ansían conocer la verdad.
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En 2017 hubo un giro en la investigación
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